jueves, 18 de febrero de 2010

Y justamente ahora irrumpes en mi vida con tu cuerpo exacto y ojos de asesina. Tarde como siempre, nos llega la fortuna. Tú ibas con él, yo iba con ella, jugando a ser felices por desesperados, por no aguardar los sueños, por miedo a quedar solos. Pero llegamos tarde; te vi, me viste, nos reconocimos enseguida, pero tarde; maldita sea la hora que encontré lo que soñé, tarde. Tanto soñarte y extrañarte sin tenerte, tanto inventarte. Tanto buscarte por las calles como un loco sin encontrarte. Y va uno de pronto, por desesperado, confundiendo amor con compañía. Y ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja te hace escoger con la cabeza lo que es del corazón. Y no tengo nada contra ellos, la rabia es contra el tiempo por ponerte junto a mi tarde. Ganas de huir, de no verte ni la sombra, de pensar que esto fue un sueño o una pesadilla, que nunca apareciste, que nunca has existido. Ganas de besarte, de coincidir contigo, acercarme un poco y amarrarte en un abrazo, de mirarte a los ojos y decirte bienvenida. Pero llegamos tarde, te vi , me viste, pero tarde. Quizás en otras vidas, quizás en otras muertes. Que ganas de rozarte, que ganas de tocarte, de acercarme a tí, golpearte con un beso, de fugarnos para siempre, sin daños a terceros~

No hay comentarios: