• Arrimo mi voz y parece que no hay nada que contar. El coyote nos comió, el bolsillo se agujereó, la balada para un loco se escuchó. Arrimo canción y la fiesta de la gente cantará. El fuelle suspiró, el bombo amaneció; la esquina, la vereda se inundó. Loco sin remedio, ya ni el mundo te gira. Loco sin consuelo. Arrimo mi sol y el invierno de la mente cambiará. No importa lo que sos, renace la ilusión, aunque el mundo ande mudo y solo. La carroza del loco se va con lunas y soles y promesas de amores. Y todo lo que quiera puede imaginar y las penas olvidar •
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